Como seguro que sabes, por casos cercanos o porque las hayas padecido, las humedades estructurales en los edificios pueden llegar a provocar serios accidentes en las instalaciones eléctricas. Si no damos el paso de eliminar la humedad por capilaridad , de forma paulatina irá empapando los materiales de construcción y atravesando las paredes. En consecuencia, irá humedeciendo todo lo que encuentre a su paso, es este caso la instalación eléctrica.
Date cuenta de que el agua es uno de los mejores conductores de la electricidad. Por eso, si la humedad afecta al cableado eléctrico provocará desde fallos en las conexiones hasta cortocircuitos o incendios en los casos más graves.
La humedad estructural en las construcciones deteriora todo lo que se encuentre a su paso, con independencia del material de fabricación. Es decir, oxida elementos metálicos, agrieta y pudre la madera del suelo y el mobiliario y daña los aparatos electrónicos. Por descontado, hará que proliferen hongos y moho con las evidentes consecuencias sobre nuestra salud. Por eso en Aquapol España insistimos en que hay que dar con una solución a tiempo y de forma definitiva. Para que las paredes, los enchufes y los muebles no se vean deteriorados.
Apuesta por Aquapol para salvar tu instalación eléctrica
Para evitar daños en el cuadro eléctrico de tu casa, oficina o negocio no tienes más que apostar por Aquapol y su tecnología limpia. Basada en los principios de energía cero de Nikola Tesla, elimina la humedad ascendente por capilaridad y el salitre en los muros de cualquier tipo de edificación. Todo sin echar mano de químicos, sin intervenir los muros y sin consumo de energía eléctrica. Una solución sostenible y rentable.
¿Sabes que el primer dispositivo instalado por Aquapol en 1985 aún sigue funcionando? La magia de nuestro sistema radica en evitar que el agua suba por los materiales de construcción. Lo hacemos gracias al magnetismo, es decir, aprovechando que las cargas contrarias se atraen y las iguales se repelen. Lo que hace el dispositivo de Aquapol es valerse de los rayos terrestres e invertir las cargas entre los materiales de construcción y el agua. Al no sentirse atraída por ellos, el agua en parte se evapora y en parte va a parar al subsuelo.