HUMEDAD POR CAPILARIDAD

Este tipo de humedad es una de las causas más comunes de penetración de la humedad en la mampostería. Muchos de los muros y paredes de inmuebles, tanto antiguos como modernos, están en contacto directo con el terreno por no tener impermeabilización horizontal o porqué esta se ha deteriorado con el tiempo, siendo permeable al agua.

La humedad capilar o ascendente proviene del suelo. Todos los materiales de construcción que se usan para crear las paredes (ladrillos, cemento, tapial, piedra arenisca, arcilla…) tienen unos microscópicos poros interconectados que permitirán un efecto de succión del agua, al igual que lo haría una esponja.

Debido a ciertas leyes físicas, el agua sube por el interior de los capilares del material de construcción, aumentando su humedad. Es lo que se llama atracción por capilaridad. La altura de la humedad ascendente en las paredes depende de varios factores, como la cantidad de agua presente en el suelo, la porosidad de los materiales de construcción, el clima, pero también de los materiales de revestimiento de la pared (baldosas, pinturas impermeabilizantes, pladur…).

Son síntomas visibles de la humedad por capilaridad, la salinidad en las paredes, burbujas y manchas en la pintura. En el interior, hay un olor a moho y un ambiente perceptiblemente húmedo. Estos son los primeros síntomas que deberíamos tomarnos muy en serio. Los síntomas posteriores conllevan un proceso de destrucción de la pared, que puede durar años o décadas, como son los desconches en el enlucido (transformándolo en una arena fina en superficie), y en la etapa final dañará el ladrillo o piedra (ladrillos rotos o agrietados, ladrillos blandos…).

Es importante saber que la humedad en la mampostería puede ser perjudicial para la salud incluso antes de existir daños visibles en el inmueble.

Las soluciones convencionales se basan en métodos constructivos, electrofísicos o químicos. Los tres son caros y su eficacia es limitada. Pensemos, por ejemplo, en el método de utilizar inyecciones químicas para secar las paredes afectadas por la humedad. Lo ideal sería secar previamente la mampostería si se quiere conseguir un alto grado de eficacia. Luego, se perfora a intervalos regulares (aprox. 10-20 cm) y se introduce la sustancia química para bloquear los poros de la mampostería o hacerla hidrofóbica (repelente al agua). El “cinturón de barrera contra la humedad” que se forma, tiene una eficacia que puede oscilar entre el 20 y el 95 por ciento. Dependiendo de la calidad del trabajo realizado y el material, el propietario tiene de cinco a diez años de tranquilidad hasta que la humedad aparezca de nuevo. La razón: el material introducido por los poros capilares de la pared, a modo de barrera, se encoge. La humedad vuelve a ascender transportando sales y dañando nuevamente las paredes del inmueble.

En Aquapol contamos con un sistema antihumedad patentado que soluciona el problema de humedades por capilaridad de forma sencilla y sin grandes obras, ya que influye en la migración del agua en el interior de los capilares a través de un campo de energía polarizado hacia abajo. Consta de un dispositivo que utiliza la energía natural de la tierra para lograr su objetivo, por lo que es ecológico y sostenible.

A pesar de no requerir obras en las paredes o los muros afectados, en función del grado de los daños ocasionados por la humedad ascendente, es posible que se tengan que corregir los efectos producidos, pudiendo ser tan sencillos como volver a pintar o, cuando se trata de casos más graves reponer el ladrillo o piedra dañados. Por eso en Aquapol siempre recomendamos nuestra intervención lo antes posible, en cuanto se detectan los primeros síntomas como el olor a humedad o manchas en la pared, así los daños son mínimos.