En la actualidad existen muchos tipos de humedad en la pared, pero la más común es la que se produce por capilaridad. Lo cierto es que someter a cualquier vivienda a una Inspección Técnica de Edificios (ITE) revelará si se está dando este problema en paredes o muros, pero no es necesario que llegue este momento para que se detecten los síntomas de esta incidencia.
Simplemente tienes que poner un poco de ojo para fijarte bien en el aspecto de la estructura de tu casa y verificar si se da alguno de estos elementos:
- Incidencias de varias clases con la instalación eléctrica de la vivienda. Cortes de luz, deterioro de cables…
- Crece tu consumo de calefacción. Se puede deber a la sensación térmica fría que producen las humedades en las paredes.
- Salitre y manchas de moho en algunas de las paredes. Estas manchas de humedad por capilaridad pueden subir a mayor o menor altura en relación a la temperatura que produzca la evaporación, el grado de cristalización dentro de las paredes, la cantidad de agua en el subsuelo y el buen o mal estado en el que se encuentren las barreras previstas para acabar con la propagación de esta lacra.
- Caída de revestimientos en escayola, por ejemplo, y deterioro de rodapiés, así como de la pintura decorativa de las paredes. No te acostumbres a tener las paredes descorchadas.
- Sensación de frío en las estancias. La humedad en casa es nociva para la salud; puede afectar a los pulmones y también originar catarros y gripes innecesarios.
Además, y aunque no se vea tan claramente, la humedad por capilaridad con el paso del tiempo puede producir también una debilitación de cimientos y paredes. Aunque no es visible a simple vista es de gran gravedad; no debes dejarlo pasar.
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