La iglesia ortodoxa griega de la Santa Trinidad, situada en el centro histórico de Viena, fue construida a finales del S. XVIII. En el S. XIX se diseña su nueva fachada de ladrillos de colores, así como nuevos interiores al estilo de las iglesias bizantinas.

A finales de los años 90, para secar los muros húmedos en su iglesia y mantener la estructura del edificio, escogieron un método que no trajo ninguna mejora. Se taladraron agujeros a pequeñas distancias en el área del muro cerca del suelo en los muros afectados por la humedad, para la inyección de un producto químico. El sistema no funcionó. A la compañía Aquapol se le encomendó la tarea de secar esta construcción en 1998. El sistema Aquapol fue instalado el 3 de marzo de 1998.

Las mediciones de control estándar realizadas cada medio año indicaban que el proceso de secado estaba progresando bien. Después de dos años, el 21 de marzo de 2000, el edificio fue declarado seco. El promedio inicial de humedad en las paredes era del 8% en peso y se redujo al 3,7% en peso. El monumento ha sido preservado por mucho tiempo, ya que se detuvo la elevación de la humedad con la tecnología Aquapol. La ventaja a largo plazo de este procedimiento es que no sólo seca los muros, sino que los mantiene secos.